¿Debe un deportista cuidar sus pies de un modo especial? Tus pies son la base de tu actividad deportiva, la base de nuestro aparato locomotor, los pilares de nuestro rendimiento, pero también son los grandes olvidados a la hora de darles un «mantenimiento». Es básico cuidarlos porque en realidad son una de las partes de nuestro cuerpo que más sufre en determinados entrenamientos o actividades deportivas.
Los hongos, un problema frecuente en deportistas
Los hongos en los pies son uno de los problemas más frecuentes en muchos deportistas. Normalmente aparecen cuando por ejemplo nos dejamos las zapatillas puestas después de haber entrenado y por consiguiente haber sudado. Es decir, se producen porque dejamos que los pies se mantengan en un ambiente húmedo y cálido durante demasiado tiempo.
Pie de atleta
Muchos deportistas, especialmente los que practican el running, sufren el llamado pie de atleta. Es algo muy incómodo e incluso puede ser doloroso. Es una infección provocada por un hongo contagioso que reside en las células muertas de los pies y que afecta a los pliegues, la planta y los bordes de los mismos. Dicho hongo prolifera en zonas cálidas y húmedas, siendo los gimnasios y las piscinas los ambientes más propicios para su desarrollo.
Los síntomas incluyen picazón, ardor y piel quebradiza y escamosa entre los dedos de los pies. Estos hongos en los pies tienen una duración variable y también pueden reaparecer después del tratamiento, por lo que es conveniente tener unas nociones básicas para prevenirlos.
El pie de atleta también se transmite al entrar en contacto con prendas de vestir de la personas que lo padecen. El riesgo de contraer hongos se incrementa cuando mantenemos húmedos los pies durante largos períodos de tiempo, por lo que es recomendable secarlos bien después de la ducha.
Es aconsejable utilizar calzado que tenga ventilación u orificios para que los pies transpiren y se mantengan secos. Por lo tanto, no utilices calzado cerrado durante el día.
En cuanto notes alguno de estos síntomas o tengas indicios de que puedes sufrir el temido pie de atleta acude a un especialista, ya que muchas veces el diagnóstico es incorrecto y un tratamiento inadecuado podría agravar el problema.
Uñas del deportista
Una de los problemas más habituales en los corredores es la aparición de uñas negras. Esto ocurre porque se acumula de sangre bajo la uña normalmente provocado por microtraumatismos repetitivos (roce con el calzado, choque del dedo contra la zapatilla en bajadas prolongadas, etc.). De esta manera, la sangre se almacena bajo la uña, provocando dolor y que la uña adquiera un color azul-morado.
La Onicocriptosis, uñeros o uñas encarnadas también son muy frecuentes en los corredores. Las uñas que se clavan en los dedos de los pies producen efectos muy molestos. Se detecta cuando esta se empieza a clavar en el dedo, atravesando la piel y produciendo dolor, enrojecimiento e inflamación. En la zona afectada aumenta la temperatura y notamos una presión al caminar. Los motivos de que se produzca esta afección pueden ser por cortarse mal las uñas (hay que cortarlas de forma recta y sin apurar demasiado), por una desalineación o rotación del dedo, zapatilla corta o demasiado estrecha, microtraumatismos o en muchas ocasiones una combinación de todas ellas.
Onicomicosis u hongos en las uñas. Cualquiera puede verse infectado por hongos en las uñas, pero es más común en los atletas. De hecho, ocho de cada diez atletas se ven afectados por la onicomicosis, y los nadadores tienen tres veces más probabilidades de infectarse que la población en general. Lo mismo ocurre con los triatletas, ya que al salir del agua el pie está muy húmedo y todo ello favorece a la infección. Los hongos suelen cogerse en ambientes húmedos y cálidos como suelen ser las duchas, vestuarios y piscinas de instalaciones deportivas.
Soluciones
Para empezar, es muy importante la visita del especialista para el tratamiento y la prevención de estas lesiones. Pero podrás evitar muchas molestias si sigues estas recomendaciones.
- No utilices calzado deportivo excesivamente estrecho, tanto en longitud como en altura de la pala y mala sujeción del mismo. De esta forma evitarás que durante la actividad deportiva los dedos choquen directamente contra el calzado provocando la lesión. La zapatilla deportiva será un número mayor, o al menos 0,5 cm más, que el calzado habitual.
- Secar bien los pies después del baño o la ducha.
- Neutralizar el exceso de sudor con algún preparado.
- Usar una lazada que acordone firmemente la zapatilla a nivel de la garganta de pie. Un dibujo de lazada recomendado es aquel que cruza el cordón que sale de la zona del primer dedo hasta el último ojal del lado contrario, donde se ata el nudo. El resto de los cordones pasará de lado a lado. De esta forma, el cordón levantará levemente la tela de la zona del primer dedo dando más espacio.
- Usa siempre calzado en las duchas, incluso en el interior de la ducha debes de usar unas chanclas que te protejan los pies del contacto con el suelo.
- Cambia los calcetines cada vez que notes que están sudados, estar con los pies húmedos favorece la aparición de los hongos.
- Seca bien tus pies tras la ducha, especialmente entre los dedos.
- Utiliza calcetines de algodón que transpiren bien y un calzado que transpire y permita una buena ventilación de la piel. Cuando acabes de hacer deporte quítate las zapatillas cuanto antes.
- Si la sudoración de los pies es persistente, utiliza algún producto especial para combatirla y evitar la proliferación de los hongos.
- Revisa tu piel y tus uñas con frecuencia. Si siente picor anormal, ves manchas en la piel o las uñas u observas que estas se han engrosado sin motivo, acude al dermatólogo.
- No compartas jamás toallas. Tampoco compartas alfombras de ducha ni nada que esté en contacto directo con la piel, como los calcetines.
Muchos deportistas empiezan a correr sin la supervisión de un entrenador y hay que recalcar que el running es uno de esos deportes en los que la figura del entrenador es fundamental, puesto que el entrenamiento de la técnica de carrera va a ser clave tanto en la prevención de lesiones de todo tipo como en nuestra evolución como corredores.