El trabajo de velocidad es necesario prácticamente en cualquier deporte, incluso en aquellos en los que prima la resistencia como son los deportes de fondo como el triatlon.
Ni debemos, ni podemos descuidar el trabajo de velocidad y de desarrollo de fibras rápidas o de tipo II A. Está claro que si somos deportistas de resistencia nos interesa tener más y mejor preparadas las fibras del Tipo I, ya que muestran una mayor respuesta ante la fatiga y no requieren de tanta concentración de ATP para su contracción, por lo que son más económicas, pero si nos limitamos únicamente al entrenamiento de este tipo de fibras por un lado nos quedaríamos sin recursos musculares en casos en los que necesite de esfuerzos explosivos, y por otro lado y tal vez el más importante, a medida que vamos avanzando en edad tendemos a hacernos más lentos y menos capacitados para desarrollar dichos esfuerzos.
A continuación, desde Personal Running, os presentamos un ejemplo de trabajo de velocidad en carrera que podríamos realizar en pista, parque o cualquier espacio abierto predominantemente llano:
6 x 200/2′ + 8 x 150 /1’30” + 6 x 100/1′
*Todas las series las realizaríamos a la máxima capacidad llevando un gesto controlado. Esto es importante ya que de nada sirve perder el control de nuestra ejecución mecánica hasta el punto en el que podamos lesionarnos. No olvidemos que no somos velocistas y ni los tendones, ni la musculatura ni las articulaciones están acostumbradas a trabajar a tan altas velocidades ni ángulos tan amplios de acción.
*Los descansos han de ser generosos, ya que se trata de esfuerzos altamente explosivos y la fibra debe regenerarse bien antes de realizar el siguiente esfuerzo, en caso contrario, cobraría mayor importancia el sistema aeróbico que el anaeróbico y no conseguiríamos los mismos resultados.
*Siempre con la zapatilla con menor amortiguación posible, para que la transferencia sea más directa.
Dicho ésto, recomendamos firmemente incluir el trabajo de velocidad en cualquier planificación, ya se trate de un atleta de fondo o de un triatleta, incidiendo sobre la misma ante todo en fases iniciales o macrociclos generales, ir manteniéndolo en fases específicas y realizar pequeños recordatorios según se acerque el objetivo principal que preparemos.
Por último, como hemos dicho, también es importante saber que según envejecemos nos hacemos más lentos, por lo que el hecho de ir dejando distancias cortas y especializarse en media o larga distancia, no es sinónimo de abandonar este tipo de trabajo. Siempre podrá darse la situación en la que tengamos que subir un repecho corto en bici, realizar un cambio de ritmo en el agua para no perder el grupo en el que voy o sprintar a un rival con el que me juegue un posible slot.
Al mismo tiempo, no olvidemos amigos que trabajando la velocidad también desarrollamos fuerza específica en el gesto concreto, eso en definitiva se traduce en economía, ya que a determinadas velocidades nos costará menos movernos, por lo que esos ritmos “tempo” o submáximos que un triatleta de fondo debe dominar resultarán más fáciles de llevar si ha incluido en su preparación el correspondiente trabajo de velocidad.
Un fuerte abrazo a todos.
El equipo de Personal Running.