El síndrome de fatiga crónica o de sobreentramiento es una sensación tanto física como psíquica de agotamiento constante, que se puede manifestar con cansancio general, fatiga muscular, estrés, ansiedad, etc. Si no se detecta y se pone remedio a tiempo puede llegar a provocar diversas lesiones.
El síndrome de fatiga crónica o de sobreentramiento es, por lo tanto, el resultado de una excesiva intensidad de entrenamiento acompañado de un escaso descanso tratando de abarcar más esfuerzo y competiciones de lo que el organismo es capaz de asimilar. No debemos olvidar que el descanso es una parte de la planificación igual o más importante que las propias cargas de entrenamiento.
Factores que intervienen en el Síndrome de fatiga crónica o sobreentrenamiento
- Excesiva duración de la temporada.
- Entrenamientos muy largos y/o intensos muy repetidos con escaso tiempo de recuperación entre sesiones.
- Demasiadas competiciones con tiempos muy escasos de recuperación entre ellas.
- Escasas horas de sueño y/o falta de descanso por estrés, etc.
- Mala alimentación que no aporte los nutrientes necesarios para llevar a cabo el entrenamiento.
Hay muchos indicadores que nos pueden hacer ver si estamos sobreentrenados. Entre los más destacados están:
– Aumento de la Frecuencia Cardiaca en reposo.
– Disminución del peso.
– Sed excesiva.
– Pérdida de apetito.
– Sensación de fatiga constante en las actividades del día a día.
– Dificultades para conciliar el sueño y/o disturbios durante éste.
– Ansiedad
– Irritabilidad.
Hay que destacar que cada persona tiene un umbral distinto para afrontar las cargas y, por supuesto, para llegar al sobreentrenamiento. Por tanto, un entrenamiento que una persona pueda tolerar perfectamente puede llevar a otra a presentar un síndrome de fatiga crónica y al contrario. De la misma manera, cada persona puede presentar síntomas distintos que indiquen que se ha llegado al límite y hemos sobrepasado el umbral de resistencia de nuestro cuerpo.
Recomendaciones para evitar el Síndrome de sobreentrenamiento
Para evitar este tipo de problemas, lo más sensato es llevar a cabo un plan de entrenamiento específico, adaptado a las capacidades y características individuales de cada persona, con sus cargas controladas a cada caso así como las fases de recuperación (descanso apropiado entre sesiones, fases de descarga entre las fases de acumulación de trabajo, periodos de recuperación post competición…).
Si no hemos seguido un entrenamiento adecuado y hemos caído en este síndrome de fatiga crónica, la gran pregunta es: ¿Cómo se trata el sobreentrenamiento?
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Mucho descanso
Llegados a este punto, las palabras clave para poder recuperarnos completamente de este sobreentrenamiento y de las posibles lesiones que nos haya podido provocar son descanso y mucha paciencia. La fatiga crónica no se recupera con una o dos semanas de descanso, si no que en ocasiones puede durar varios meses, con lo que habrá que ser paciente y tomarnos la vuelta a los entrenamientos con calma, y sobre todo que sea muy progresiva, incrementando las cargas muy poco a poco.
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Bajar el ritmo
Hay que realizar una considerable disminución de la carga de entrenamiento y en muchas ocasiones (especialmente si se ha producido alguna lesión derivada de este síndrome) interrumpir el entrenamiento por completo durante algunas semanas para poder comenzar a entrenar de nuevo de forma progresiva con garantías de éxito.
En todos los casos se eliminará todo tipo de entrenamiento anaeróbico y solo se realizarán entrenamientos de forma aeróbica hasta notar síntomas de mejoría donde se podrán ir introduciendo muy poco a poco entrenamientos con mayor intensidad hasta recuperar el nivel óptimo. -
Aspecto psicológico
En esta fase hay que permitirse ciertas licencias para recuperarse también psicológicamente, con lo que se podrán hacer actividades alternativas suaves que permitan al deportista desconectar, como nadar o montar en bici de forma recreativa, pero siempre que la intensidad sea ligera.
Recuerda que para mejorar una marca, superar un reto o a ti mismo, no necesariamente has de llegar al límite de tu esfuerzo y posibilidades. Descansar más y poder afrontar los entrenamientos que realices con una mayor calidad te aportará mejoras más considerables y con más garantías. Para conseguir que realices un esfuerzo acorde con tu resistencia, corpulencia y otros factores, lo mejor en todos los casos es que te pongas en manos de profesionales que te aportarán un sistema basado en la personalización y en el diseño de un programa enfocado a una consecución de esas metas desde las relacionadas con la salud, recuperación de lesiones, hasta las propiamente relacionadas con los retos personales orientados hacia deportes como el running, la natación, el triatlón, el ciclismo, el trail running, etc.
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Gracias por este artículo. Yo misma sufría fatiga crónica y un par de cosas que me ayudaron mucho fueron: dejar de lado las pantallas por las noches, sustituyéndolas por un buen libro e invertir en un buen colchón. ¡Un abrazo!
Creo que el problema está más en la falta de descanso que en el exceso de entrenamiento. Se le da poca importancia al sueño y a un tiempo adecuado de recuperación.
Gracias Lidia. Efectivamente, en muchas ocasiones el problema suele estar en la falta de un descanso de calidad, lo que impide que las celulas se recuperen correctamente. Si a eso le introducimos nuevas sesiones de entrenamiento extenuantes, tenemos el cóctel explosivo perfecto.
Hola, gracias por el post. El síndrome de fatiga crónica no es exactamente lo mismo que el sobreentrenamiento, ¿no?. Me refiero a la encefalomielitis miálgica, la «fatiga crónica» que no tiene nada que ver con el deporte. Espero vuestra respuesta, gracias!!!
Gracias por tu comentario. Efectivamente, la encefamlomielitis miálgica no tiene que ver con el sobreentrenamiento. Es una enfermedad por la cuál se manifiesta una sensación de fatiga muy grande, y que no suele mejorar con el descanso. Esto debería ser tratado por un médico especialista para su correcto tratamiento.
En el caso del sobreentrenamiento si tiene que ver con un exceso de carga de entrenamientos y un escaso descanso que hacen que el cuerpo no recupere y pueda tener problemas derivados de este exceso de entrenamiento. En este caso, habrá que bajar la actividad y aumentar el descanso para permitir que el cuerpo vaya regenerandose y el deportista pueda volver a un estado óiptimo en el que pueda aumentar la intensidad de entrenamientos de nuevo de forma progresiva.