Esta es de las cosas que te sientas a escribir y dices… ¿por donde empiezo?… pues empezaré por lo importante, la inscripción, para mi estos retos hacerlos con buena compañía creo que es fundamental. El año de Lanzarote tuve la suerte de compartir los días previos, la prueba y todo lo que supone a posteriori, con mi compañero y amigo (no necesariamente por este orden) Pedro Ríos. Parece una tontería pero compartir estos retos con alguien con tanta experiencia en competición (aunque también debutaba en ironman) te acaba aportando un plus que se traduce en tranquilidad y seguridad.
Pues bien, este año prometía mucho, nos inscribíamos tres compañeros del club, Mario, José Luis y yo. Además a última hora se sumaba Emilio, un buen amigo de Córdoba que conocí cuando vivió en Madrid y con el que me une la pasión por este deporte pero sobre todo, su forma de verlo, recomendadísimo su blog (https://aistartiotriatleta.blogspot.com)
Al principio de la temporada, tanto Mario como José Luis dejan el club por circunstancias personales, e incluso José Luis se ve obligado a darse de baja, así que hacemos toda la planificación del viaje con Mario y Cristina, como sabéis, también triatleta de nuestro club.
La prueba es el domingo 14 y decidimos ir a Alemania el viernes y volver el lunes, creo que es el tiempo adecuado para instalarte y preparar la prueba con tiempo, descansado, y no tener demasiado libre para que te coman los nervios. Los días previos fueron muy agradables, Mario rezuma tranquilidad, probablemente de su etapa como futbolista profesional, Cristina es triatleta y comprende todas aquellas tonterías que se nos pasan por la cabeza los días previos y va por delante solucionando todos los problemillas que nos surgen, y de Rian… que os voy a contar, es mi apoyo fundamental y me aporta la tranquilidad, seguridad y confianza en mí que con demasiada frecuencia me falta. Vamos, no me veo preparando y afrontando una prueba así sin su compañía.
El viernes aterrizamos en Munich, pillamos el coche de alquiler y viajamos hasta nuestro hotel a 5 Kms de Hilpolstein, donde se encuentra la T1. Nos instalamos, vamos a Hilpolstein a comer y nos acercamos a la salida de la natación, para ver el ambiente que se respiraba. Vemos el canal donde nadamos y yo recojo mi mochila con la ropa de competi a la empresa que me había transportado la bici. A continuación marchamos a Roth donde se encuentra la T2 y meta.
El ambiente allí es increíble, una prueba donde corren 3.500 triatletas mas no sé cuantos equipos de relevos, banderas y pancartas del triatlón por todos los sitios, para que os hagáis una idea, la Expo en cuanto a tamaño es comparable al festibike, carpas y mas carpas de marcas, tiendas, patrocinadores, Macca firmando autógrafos y haciéndose fotos con todo el mundo… ¡un flipe!
Por fin encontramos la carpa de los dorsales, recogemos la bolsa del corredor y al salir… ahí está, el estadio con la meta… llevas un año viendo fotos, leyendo cosas, escuchando a la gente que la ha cruzado y de repente… lo tienes al lado y piensas en si el domingo llegarás, si la cruzaras derrotado, o cumpliendo tus objetivos… así que foto obligada con una sonrisa que esperas repetir en breve.
El sábado a las 12 asistimos a la reunión técnica en castellano, un poco floja y poco preparada por parte del ponente, pero yo particularmente me sabía “de pe a pa” todo, y mi única duda es ¿me puedo desnudar totalmente en T1 y T2?, je, je, je.
A continuación, vamos a T1 a meter las bicis y a entregar la bolsa con todo lo que necesites para la maratón (la organización se encarga de llevarla a T2), nos vamos a comer y al hotel a descansar. Preparamos el resto de bolsas (bici y pos carrera) y bajamos a cenar sobre las 8. Yo para no arriesgar, y llevando la carga de hidratos bien hecha, pizza y a la cama.
Particularmente yo soy bastante puñetero para dormir los días previos a las pruebas, mi cabeza no para y me cuesta “desactivarme” para descansar correctamente, pero extrañamente me duermo relativamente pronto y me despierto a las 4 con la sensación de haber descansado correctamente y con buenas sensaciones generales.
Bajamos a desayunar a las 4:30 (teníamos buffet disponible desde la 1:30, alucinante) cambiamos impresiones con un cafetito, tostadas, zumo y ya que lo vamos a quemar… ¡¡¡un muffin!!!, je, je, je. Cargamos todo en el coche y nos dirigimos a T1, las chicas nos dejan lo más cerca posible y se van a aparcar. Ritual habitual, revisión de la bici, hinchado de ruedas, fotitos, neopreno y entregamos las bolsas para ya dedicarnos plenamente a la carrera.
La natación es en un canal casi totalmente recto y un recorrido de ida y vuelta, sales desde debajo de un puente, vas hasta el siguiente (al que apenas alcanzas con la vista) giras debajo, vuelves hasta el primer puente, lo superas unos 400 metros y giras para remontar de nuevo esos 400 metros y enfilar la T1. Hay salidas cada 5 minutos de grupos de 200-300 triatletas. Mario sale 5 minutos antes que yo, así que vamos juntos para el corral, nos abrazamos, nos deseamos suerte y se mete a cámara de llamadas.
Nada más salir Mario, me meto al agua y nado los 100 metros hasta la línea de salida, ahí es donde empiezo a percibir la música de la megafonía. Sin acercarme del todo a la cinta, me veo en primera línea, miro para atrás y todo el mundo se está haciendo el loco… y yo pienso, el que pille mis pies va a flipar con mis culebreos, lo mareo a los 200 metros, je, je, je. Por fin cañonazo de salida y pienso “vamos Víctor llevas un año esperando esto, disfruta”. La salida es muy limpia y apenas me rozo con dos o tres, pongo mi marcheta respirando cada tres y controlando que la respiración sea cómoda. La natación en si tiene poca historia, todo lo que me han hablado de cómoda, se convierte también en pesada, ya que cada vez que levantas la cabeza ver el puente allí, parece que no se acerca, e intenta minarte la moral, pero agacho la cabeza y pienso… ya te pillare, ya. Y le pillé, giro de 180 grados y vuelta hasta el otro puente, a mitad empieza a adelantarme gente de la salida posterior, de los cuales paso totalmente. Por fin cruzas por el segundo puente, que parece que se va a hundir de la gente que tiene encima y a la que escuchas perfectamente, te pega un subidón que hace que los 400 metros hasta el punto de giro se te pasen volando, giro y enfilas ya hacia la salida.
Al salir del agua miro el garmin y marca 1h 16’, sinceramente me daba igual hacer 10 min. más o 10 menos. Me voy quitando el neopreno mientras voy por un pasillo y en el suelo están todas las bolsas con su dorsal ordenadas, pillo la mía y me meto a la carpa, veo un banco vacio y antes de soltar la bolsa ya tengo a una voluntaria que me la quita de las manos, la vacía en el suelo y me va dando todo en el mismo orden que lo cogería yo… flipo, la empiezo a intentar decir que ok, que todo correcto (me quiero despelotar y me da un poco de vergüenza) pero ella sigue allí mirándome con una sonrisa e intentando ayudarme, así que me como la vergüenza, tiro pa’bajo del bañador y me calzo el culotte y el resto de la ropa. De camino a la bici me tomo un gel. Este año al contrario que en Lanzarote, tengo claro lo que voy a tomar, como, cuando y lo que me supone en calorías y gramos de hidratos de carbono.
Salgo a por la bici, me monto y subo de pie la primera rampita, giro 180 grados y llegas al puente que cruza el canal, sigue petado de gente, veo a Rian y a Cristina que me gritan y animan… que subidón.
La bici tengo claro que voy a ir siempre regulando, el recorrido son dos vueltas de 85 Kms aprox. y un tramo de enlace hasta la T2 en Roth de unos 10 Kms. Aparentemente la primera parte del circuito tiene tendencia ascendente, en la segunda parte esta la subida más dura, y la tercera es favorable. Así que me acoplo y me concentro en no irme de pulso, comer un gel cada media hora o una barrita si tengo sensación de hambre, beberme un bidón de agua cada avituallamiento (20 Kms) y una pastilla de sales cada 2 horas.
El recorrido es una pasada, la mayoría vas por bosques muy verdes, con bastante sombra y buen asfalto. La bici rueda con bastante facilidad y no hay subidas que te hagan mover mucho el desarrollo. Mi objetivo después de los entrenamientos es sacar una media de 26-27 Kms/h para bajarme con piernas para correr y no estar muerto en el km 5 de la maratón.
Durante la primera hora, veo que el ritmo es bueno, moviéndome en una media entre 30-32 Kms/h, llego a la primera alfombra de toma de tiempos y me acuerdo de aquellos que a buen seguro estarán pendientes del ordenador (nunca pensé que tantos y con tanta intensidad, como vería por la noche el whatsapp y el facebook). Enseguida giro brusco a la izquierda y empiezo a escuchar el sonido de las cadenas bajando del plato grande al pequeño, los piñones que no entran, los cambios que se atascan y me encuentro en el comienzo de la subida más dura, así que bajo desarrollo y pongo un tren muy muy cómodo para mis piernas, empiezo a subir y las sensaciones son buenas, al principio hay un km con un poco mas de pendiente pero luego va suavizando y cuando te quieres dar cuenta estas arriba, avituallamiento y tramo con un poquito de viento de cara y picando un poco para arriba, sigo acoplado y como sería la tónica en la bici, me va pasando gente y yo voy pasando a muy poca.
Descenso rápido de curvas en herradura y tramo precioso por otro bosque con alguna subidilla corta pero que me hace quitar el plato. En una de ellas empiezo a escuchar mucho ruido, me adelantan dos motos de la policía e intuyo que viene el primero a doblarme antes de completar la primera vuelta, efectivamente me pasa un elemento rodando con una facilidad terrible y probablemente doblando mi velocidad. Me entretengo viendo como se aleja y le pierdo de vista al entrar en Hilpolstein y ver que gira a la izquierda, cuando llego a ese giro, freno, inclino un poco y al salir de la curva… casi me voy al suelo… te encuentras con el que va a ser el momento de la carrera, solo superado por la entrada a meta… Solar Berg, una subida que no creo que llegue a 500 metros en la que ves como la gente se cierra formando un embudo por el que solo cabe una bici, te animan, te gritan, te hacen la ola… indescriptible, solo deciros que la primera vez iba pensando donde estaba la subida y me di cuenta cuando ya la había subido. Otro detalle es que a mitad de cuesta se me puso detrás el segundo clasificado y no me pudo adelantar hasta llegar arriba porque literalmente no hay sitio y la gente no se aparta. Se me olvidaba comentar que al principio estaban incansables Rian y Cristina gritando como locas. Sales del pueblo, te dan una pequeña vuelta y vuelves de nuevo a Hilpolstein para volver a pasar por T1 donde me vuelven a sorprender Rian y Cristina y se empieza la segunda vuelta.
A todo esto, sigo controlando tiempos y paso el km 120 en 4 horas justas, con lo que pienso que relajándome en los 60 Kms que me quedan me saldrá una bici por encima de mis expectativas, pero no tengo sensación de haber forzado ni haberme pasado de rosca en ningún momento. En la segunda vuelta y después de la subida larga, el viento de cara ha aumentado y empieza a ser molesto y además el calor empieza a apretar un poco. En el km 140 se me empieza a hacer bola la bici, empiezo a notar que las fuerzas flojean y creo que es el primer momento malo de la carrera, te da por pensar que vas corto de entrenamiento, que has hecho poca bici… así que empiezo a tirar de cabeza y pienso que ni en mis mejores cálculos iba a pasar el 120 en ese tiempo, así que decido bajar un poquito el ritmo y a pensar en la maratón.
En el km 150 no aguanto más, parece mentira pero llevo desde los últimos 200 metros de la natación intentando mear “en marcha” y soy incapaz de hacerlo, así que decido parar y mear tranquilamente en la cuneta. Pierdo 3 ó 4 minutos que no van ningún lado, aunque por la noche vería que más de uno se asustó al ver en el tracking que estaba parado, je, je, je.
Por fin vuelvo a llegar a Hilpolstein, segunda pasada por Solar Berg, ya con menos gente pero igual de impresionante y por fin llego al pueblo donde giras hacia Roth, solo quedan 10 Kms y teóricamente en bajada… aunque con el viento de cara y siendo continuo toboganeo se hacen bastante pesados.
Por fin veo a los voluntarios con las banderas indicando donde te tienes que bajar de la bici, estiro un poco los gemelos, me bajo de la bici y te la quitan de las manos, enseguida aparece otra vez una voluntaria con tu bolsa de correr y te acompaña a la carpa para cambiarte. Después de lo de T1 ya no hay vergüenza y solo pienso en no sentarme para cambiarme y hacerlo lo más rápido posible (en Lanzarote tarde 15 min y estuve sentado gran parte y creo que es una de las causas de los calambres que tuve desde el km 3).
Así que me pongo mallas, camiseta sin mangas, calcetines, zapas, gorra, dispensador de sales con tres pastillas, dos geles y una pastilla de ibuprofeno por si las moscas. Salgo de la carpa, giro hacia abajo y me encuentro a Rian con lo que siempre supone en estas carreras, corre un poco a mi lado y me pregunta que tal estoy, le digo que bien, las piernas parece que funcionan bien, sin amagos de calambres, y no tengo sensación de mucho agotamiento. Así que pongo el piloto automático y me concentro en correr entre 130 y 140 pulsaciones.
La maratón es una especie de ”T”, sales desde Roth unos 5 Kms picando para arriba hasta llegar a un canal, giras 90 grados a la izquierda y pillas la orilla del canal, llanito, hay muchos tramos de sombra y todo por tierra con lo que al principio es bastante agradable. En el km 8 aproximadamente me cruzo con Mario, lleva buen ritmo y buena cara y debe ir ya por el km 16 ó 17, nos animamos y seguimos a lo nuestro, no queda otra. En el km 10 haces una bajada por asfalto, cruzas el canal por debajo y entras en un pueblecito con música donde hay que hacer un bucle de unos 5 Kms por un lado te anima la gente pero es por asfalto y pegando el sol todo el rato. Aquí empiezo a tener las primeras malas sensaciones, el calor aprieta y voy pensando en la subida que tengo que hacer ahora para remontar el canal. Cuando llego a ella es aprox. el km 15 y empiezo a subir muy despacito y se me empieza a disparar el pulso, así que decido subirla andando y empiezo a ver que el tiempo se me empieza a subir de 6 min/km. Aquí creo que fue la única crisis verdadera de toda la carrera, me empieza a costar correr a un ritmo aceptable y me pongo en modo supervivencia, buscando correr entre cada avituallamiento y parar a refrescarme y beber tranquilamente en cada uno de ellos (cada 2 Kms).
La media maratón digamos que está justo en el cruce de la “T”, me quedan 2 Kms para llegar y pensando que allí estará Rian y lo mucho que sufrió viéndome arrastrarme en Lanzarote, intento poner mi mejor cara y mi mejor ritmo, cuando llego allí me animo porque hay mucha gente pero no veo a Rian. Miro el cronometro y llevo 2h 15’, pienso que otra vez me voy a una maratón de casi 5 horas, se supone que la segunda media iré con menos fuerzas y además hay una subida en el 28 bastante potente.
Afortunadamente el sol va cayendo y ahora casi todo el borde del canal es por la sombra, yo soy una persona a la que le afecta mucho el calor y empiezo a tener mejores sensaciones. Sobre el 27 me cruzo nuevamente con Mario, va con un compi de su club y les veo a ambos con buena cara y buen ritmete, nos volvemos a animar y ahora me muero de envidia, je, je, je.
Por encima del canal veo un puente bastante alto que cruza subiendo de derecha a izquierda y veo a la gente corriendo por arriba… se me caen los palos del sombrajo de pensar que voy a tener que subir hasta allí. Paso por debajo del puente y un km después giro a la derecha y empieza una pista en bajada por dentro de un bosquecillo, miro el reloj, echo números y pienso que tendría que correr por debajo de 5:45 el mil para bajar de 12 horas… imposible, pero al poco me viene un pensamiento a la cabeza que activa algo y pienso, quedan 13 Kms, si no lo intentas ahora y luchas por ello ¿Cuándo lo vas a hacer?, ¿que puede pasar?, ¿reventar en el 35, 38?, pues a llegar como se pueda.
Empiezo a incrementar el ritmo, me olvido del pulso, después del bosquecillo llego a la subida del puente, mucha gente sube andando, hay megafonía con música y me empiezo a animar más todavía, empiezo a mirar siempre al que llevo delante y me concentro en pillarle y pasarle. Llego al final de la subida, giro de 180 grados y bajada, justo ahí me cruzo con Emilio, le debo sacar un minuto y salió media hora más tarde que yo, le animo pero le veo con muy mala cara, apenas me saluda… yo ya voy ciego, acabo la bajada y vuelvo a entrar en el bosquecillo que me devolverá al canal, pica para arriba y me esfuerzo en no parar, en no bajar el ritmo, en pillar al siguiente.
Vuelvo a salir al canal, voy continuamente adelantando gente, apenas paro en los avituallamientos, lo justo para beber de los vasos sin echármelo encima. Los Kms van pasando y voy aguantando el ritmo, llego hasta el cruce hacia Roth empiezan 3 ó 4 Kms favorables y me concentro en llevar mucha cadencia para ir rápido, porque las piernas ya van muy castigadas. Subo un repechito de 50 metros y estoy en el centro del pueblo, aquí ya no me entero de nada, hay mucha gente, doy una vuelta a la plaza del pueblo, la gente grita, anima, no sé si voy por tierra, por asfalto, por empedrado, si subo, si bajo, solo sé que me queda muy poco y voy adelantando gente sin parar, aumento el ritmo, veo las carpas de la expo, paso por debajo de dos puentecillos metálicos habilitados para que la gente cruce y de repente empiezo a pisar moqueta, entro en el estadio y miro el crono… he hecho la segunda media en 2 horas, creo que bajo de 12 horas… hago el primer giro dentro del estadio y escucho a Rian gritándome y saludándome desde la grada, se me nubla la vista, tengo la meta a 20 metros, levanto los brazos y cruzo la meta… paro el crono, 11h 53’ no me lo puedo creer, me cuelgan la medalla, me agacho para apoyar las manos sobre las rodillas y disfrutar el momento, enseguida vienen a preguntarme si estoy bien, si necesito atención… no necesito nada, solo disfrutar este momento con Rian, la busco, la veo al otro lado de la valla, no puede pasar así que salgo a verla, es la “culpable” de todo esto… creo que como todos, tolero muy bien el sufrimiento propio pero muy mal el de mis seres queridos, tenía una espinita clavada por verla pasarlo tan mal en Lanzarote, se lo debía.
Voy a por mí bolsa y me cambio la camiseta, me pongo la de finisher, pregunto por Mario, ha llegado hace casi una hora… maquinón. Me dice Cristina que está dentro porque se ha encontrado un poco mal al llegar, pero rápidamente sale sin ningún problema, los dos supercontentos aunque creo que Mario tiene mucho más en las piernas.
Es increíble pero la euforia puede con todo, vamos andando a T2 a recoger las bicis, las bajamos a la furgoneta de transporte y nos vamos a cenar. Pedazo de cerveza en el italiano donde celebramos el buen día que hemos tenido. Llego al hotel, ducha, conecto el móvil al wifi y… torrente de emociones, mas de 400 whatsapp, muchos mensajes, estoy físicamente agotado pero no me puedo dormir, leo los del grupo del club… lloro, leo los del facebook, vuelvo a llorar, que gran grupo humano el del club. Ahora no puedo dejar de recordar todos los entrenamientos en grupo, los ánimos, el apoyo de todos, viendo el seguimiento a Nico y a José, sabía que estabais ahí y durante toda la carrera os he sentido muy cerca, atentos, empujando.
Como secretario del club y amigo he intentado aportaros todo lo que modestamente he podido, pero os aseguro que el retorno que he recibido ha superado todo lo que podía pensar. Vuestro apoyo durante todo el año ha sido fundamental, por las circunstancias de cada uno, unos mas y otros menos siempre habéis estado ahí. Espero que nadie se moleste si destaco a Joaquín por su generosidad, sin ningún objetivo se ha dedicado a acompañarme en todos los entrenamientos pestosos de los últimos meses. Y como no a Iñigo y el propio Joaquín con Esther, que ni cortos ni perezosos se plantaron en el aeropuerto con el maillot del club a recibirnos… increíble, ese abrazo nunca lo olvidaré.
Por supuesto me gustaría destacar la labor de Dani, hasta yo mismo he dudado de la preparación. Espero que cuando lea esto me sepa entender y comprenda que cuando preparas un ironman y el entreno más duro son 5h de bici y 1h 20 corriendo, cuando la tirada más larga corriendo es de 1h 45 min, cuando ves que apenas entrenas un poco más que toda la gente que está preparando medio ironman… inevitablemente las dudas invadieron mi cabeza, pero la experiencia le ha dado la razón sin ninguna duda, y lo que yo me alegro, porque sé que a partir de ahora solo tengo que cumplir lo que manda y las cosas saldrán.
Un abrazo para todos.
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Saludos
Me ha encantado vuestro articulo y me ha sabido a poco pero ya sabeis lo que dice el dicho «si lo bueno es breve es dos veces bueno». Me gustara volver a leeros de nuevo.
Saludos
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