A raíz de “la fiebre del running”, se leen y escuchan muchos consejos o creencias diferentes a la hora de practicar esta disciplina deportiva. Si estamos iniciándonos, es posible que nos encontremos confusos y sin saber realmente qué cosas son verdad o no o simplemente sin saber cómo poder mejorar nuestro rendimiento a la hora de correr.
¿Perder peso?
Por un lado nos encontramos con los falsos mitos o creencias a la hora de correr con el fin de perder peso. Desde salir a correr en las horas de máximo calor o sol hasta correr envueltos en plástico o con muchas prendas de ropa para sudar más. Desde el ámbito salud, esto está totalmente contraindicado, podemos sufrir mareos, desmayos, deshidratación y, ten en cuenta, que sudar más no significa perder más grasa.
¿Correr en ayunas?
Correr en ayunas es otro aspecto a destacar. La teoría de que cuando corres en ayunas quemas más grasas es cierta hasta un punto. Cuando corremos en ayunas, las reservas de hidratos están en niveles tan bajas que se recurre a la grasa como fuente de energía pero lo que hay que plantearse es que hasta qué punto esto es saludable. Para salir a correr en ayunas debemos de tener muy presente tanto el tipo como la duración o intensidad del ejercicio así como las características personales y el nivel de condición física de cada uno.
¿Cantidad o calidad?
Por otro lado, parece que cuantos más kilómetros se corra mejor y cuantas más veces se salga a correr también es bueno. Esto es totalmente falso, no es la cantidad, es la calidad y no por realizar únicamente ejercicio cardiovascular reduzco mis niveles de grasa.
Hay que tener clara una cosa, la única forma de perder grasa (que es muy diferente a perder peso) es “gastar más energía que la que ingerimos” y esto se consigue aumentando el gasto energético en reposo (aumentando la quema de calorías que tiene nuestro organismo por el simple hecho de estar vivos, funciones vitales). El tejido muscular es el que consume más energía, por lo tanto, hay que trabajar la fuerza para aumentar nuestro tejido muscular y “gastar” más Kcal. al día.
¿Agujetas?
Además de lo anterior, nos encontramos con falsas creencias en cuanto a las agujetas o molestias tras la sesión. Parece que si no acabo con alguna dolencia tras haber corrido, no ha sido efectivo o no he trabajo correctamente y esto, es completamente falso. Lo ideal es terminar de correr fatigados (simplemente por haber entrenado) pero sin ninguna molestia, y en el caso de que aparezcan agujetas en los días posteriores, no recurrir al agua con azúcar. Las agujetas son un sistema de defensa totalmente normal de nuestro organismo que desaparecen realizando más ejercicio físico para aumentar así el riego sanguíneo de la zona o zonas afectadas.
¿Tipo de calzado?
Por último, nos encontramos con muchas teorías en cuanto al terreno o tipo de calzado que debemos usar. Hay una suposición que se basa en que correr por asfalto o una superficie dura es mejor porque se va más rápido y puedes llegar a hacer más kilómetros sin fatigarte. Pero esto no es lo ideal. Cuanto más duro es el terreno por donde corremos más impacto va a sufrir nuestro cuerpo y podrán aparecer lesiones como la periostitis.
Lo ideal es variar el lugar por donde corremos intentando que la superficie no sea ni muy dura ni muy blanda. Además, el tipo de calzado nos va a ayudar a protegernos durante la carrera, reducir impacto e incluso prevenir lesiones. Lo ideal es utilizar unas zapatillas con buena amortiguación, ajuste e incluso control de estabilidad para intentar evitar lesiones o molestias a la hora de correr.
En definitiva, una buena alimentación, descanso y control en el entrenamiento son los pilares fundamentales para un rendimiento óptimo de nuestra carrera.
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