Hace un año que empezó mi maratón del 2014, justo después de terminar la 10k de 2013. En ese momento pensé que quería correr por el otro lado de la acera, y acabar el maratón.
Desde ahí todo fueron dudas, estudiar pros y contras, ver si era capaz de compaginar entrenamientos con lo demás y sobre todo saber si era capaz de ser constante en este objetivo, y cuando estaba a punto de desechar la idea apareció quien iba a ser el faro de esta aventura, mi amigo Chema. El había hecho el maratón ese mismo día y pensé, si el lo ha hecho por que yo no. Quedé con él y me explicó todo, me dijo, que era posible, pero que era mas serio de lo que parecía, que eran muchos entrenes y que sobre todo necesitaba un entrenador, así que me recomendó a la gente de Personal Running.
¡Decidido comienza el maratón 2014!. Han sido un total de 129 entrenamientos, mas de 1000 km, y muchísimas horas de esfuerzo para llegar al 16 de diciembre y realizar el ultimo tramo del maratón, los últimos 42km de esta locura.
El día es espectacular, con una temperatura perfecta y sin viento, al ir hacia Valencia, la primera anécdota nos paran en un control de alcoholemia y nos hacen soplar… prueba superada. Al llegar comienzan los nervios, repaso de todo lo que nos hace falta y tras dudas y nervios vamos hacia la salida.
7 minutos después del pistoletazo de salida, comienza la aventura, no voy solo, conmigo esta Emilio Chuliá que durante el año nos hemos ido animando y este maratón lo haremos juntos.
La primera parte es un disfrute, vamos muy bien y mola mucho ver a la gente en la calle, el ambiente, encontrarnos a nuestros amigos animándonos, han venido expresamente a eso, a animarnos y eso es muy grande (gracias Vicente y Fernando), la verdadera carrera empieza en el km 30, ahí es donde se encuentra un territorio que nunca habíamos explorado… además todo se pone en contra por que el móvil se queda sin batería y me quedo sin música para animarme, pero todo marcha bien.
En el km 33 vamos ya muy justos y Emilio decide andar un par de minutos para recuperar fuerzas, pero yo no puedo parar, por que si paro no se si podre volver a arrancar, así que continuo con mi ritmo aunque solo es mucho mas difícil.
En el Km 35 las fuerzas escasean, pero me encuentro a mi familia, mi mujer y mis hijas están esperándome con un pancarta para darme ánimos, me freno les doy un beso y recargo energía durante un tramo.
En el km 36 ya no puedo mas, estoy pensando en hacer como Emilio y andar un poco, cuando voy a parar de repente aparece el “ Angel del Km 36”, me toca un chaval y me dice “no te pares, aguanta hasta el 37 y luego decides”, le hago caso y me acompaña hasta el 37 el se para el 37,5 km y le doy las gracias con un apretón de manos, si hubiera parado no se si acabo.
Llego al 38km con las piernas suplicando clemencia, pero les digo que no hay dolor y sigo, estoy tan justo que me como hasta un plátano que hacia 20 años que no los probaba. El km 40 se acaban los problemas, mi hermana desde la valla me da el ultimo empujón y ya llego a la recta de meta y comienzo a llorar como un niño, chillando incluso, la emoción no se puede explicar, lo he conseguido.
Ya tengo la medalla, soy maratoniano, el tiempo 04:17h en ese momento es un logro y es lo de menos.
El maratón ha acabado, un año me ha costado hacerlo , y todo gracias sobre todo a mi mujer, que ha sido el Isostar de la prueba siempre conmigo, a mis hijas, esto va por ellas para que sepan que con esfuerzo y constancia todo se consigue. Gracias a Chema por iluminarme el camino y estar pendiente de mi, y mi entrenador Chiqui de Personal Running por llevarme hasta la Meta.
A Emilio Chuliá, por darle ese toque de buen rollo al maratón y por haberme acompañado en esta aventura, ya nadie nos lo va a contar.
Y gracias a esos miles de aplausos anónimos, que nos llevaron hasta la meta.
Y posiblemente este Post sea el comienzo del maratón 2015….