El ejercicio se considera una actividad que contribuye a la salud física, ya sea por la mejora en la fuerza, el equilibrio o el nivel de oxígeno, entre otras razones relacionadas con mantenerse activo.
Hoy en día muchos psicólogos evalúan que tanto por ciento ayuda el ejercicio para mejorar enfermedades como la ansiedad o la depresión.
Se dice que el ejercicio contribuye a la salud mental debido a que fortalece tres necesidades psicológicas básicas: la autonomía, el sentido de competencia y la pertenencia.
La autonomía es la habilidad de tomar decisiones propias y actuar en consecuencia, mientras que el sentido de competencia se refiere a la capacidad de dominar un área, a través del uso de las capacidades propias. Por último, la pertenencia tiene que ver con sentirse conectado con otras personas y con el entorno donde se vive.
Algunos de los beneficios que ocurren en el cerebro mientras se hace ejercicio son los siguientes:
- Endorfinas: Son químicos que mejoran el ánimo y se segregan debido al incremento de flujo sanguíneo que ocurre al ejercitarse
- Plasticidad cerebral: Facilita la adaptación, la regeneración de células y los procesos protectores de las mismas
- Respuesta al estrés: El ejercicio modifica la respuesta al estrés, para que no se active tan fácil
En líneas generales, entrenar reduce los síntomas de depresión y ansiedad, además de que se relaciona con mayor bienestar de las personas que sufren de este tipo de enfermedades. Ya sean ejercicios de resistencia o anaeróbicos
Relación entre el ejercicio y las enfermedades mencionadas
La actividad física exige respirar de forma acelerada y hace que el corazón lata de forma más rápido, lo que involucra las partes del cerebro que controlan el equilibrio, la activación de los músculos y la coordinación.
Cuando hacemos ejercicio, nuestro metabolismo se acelera y las células buscan energía, a medida que se incrementa la actividad.
El cerebro está vinculado a cada uno de los procesos señalados. Aunque a veces se separe la salud mental de la física, no se debe olvidar que el cerebro controla las acciones conscientes e inconscientes.
Las actividades conscientes se originan en el cerebelo, como cuando se levanta peso o se acelera el paso por la mañana. Las acciones inconscientes tienen su origen en el tronco encefálico, los cuales están vinculados a la presión sanguínea y a la frecuencia cardíaca.
La salud mental abarca los pensamientos, las emociones y la cognición. Todos estos elementos provienen del cerebro, específicamente el sistema límbico, lo cual incluye a la amígdala, el hipotálamo y el hipocampo.
Perspectiva de los entrenadores
Por lo general, los entrenadores conocen más los beneficios del ejercicio en la salud física que los de la salud mental. Esto tiene que ver con la poca investigación que existe entre la mente y el ejercicio, aparte de los escasos recursos que han investigado los mecanismos biológicos de la acción física.
En la actualidad, gran parte de la investigación disponible se enfoca en las enfermedades mentales, más que en la salud mental. Hay mucha evidencia que demuestra las virtudes del ejercicio, con respecto a la depresión y la ansiedad, a pesar de que es complicado medir los efectos positivos que tiene el ejercicio en la recuperación de estas enfermedades.
Además, mientras más años se haya hecho ejercicio, más posibilidades hay de sentirse sano, porque se percibe un bienestar a nivel general.
Por último, distintas investigaciones han comprobado que las personas que llevan mucho tiempo ejercitándose, están más dispuestas a realizar ejercicios vigorosos, lo cual suma beneficios a la salud de muchas personas.
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Un saludo.
Quiero poder correr mejor