«Ya no se qué hacer para quitarme estos kilos», «¿por qué si lo estoy haciendo bien no bajo peso?», «me machaco en el gimnasio y no bajo ni un gramo»…
¡Cuántas y cuántas veces hemos escuchado estas quejas a muchas personas que nos piden consejo! Efectivamente, puede que hayas hecho diferentes dietas, acudido a un nutricionista o practicado distintos tipos de ejercicios. Es posible que nada de esto haya dado el resultado que esperabas. ¿A qué se debe y qué puedo hacer para revertir esta situación?
Y es que detrás puede haber muchas causas: desde la propia genética, hábitos poco saludables o quizás tus hormonas sean las culpables de no permitirte adelgazar. Es entonces necesario identificar la causa para dar con la solución y no seguir probando dietas o ejercicios que no te sirvan. Todo esto se traduce en frustración, depresión, ira, angustia y varios sentimientos negativos más.
Es probable que tengas resistencia a perder peso o que te sea más difícil que a otras personas por problemas médicos como una tiroides desequilibrada, lo que se denomina el síndrome metabólico (la capacidad del cuerpo para mejorar o manejar los niveles de azúcar en sangre por lo que se almacena más grasa de la prevista), razones meramente psicológicas, si has consumido anticonceptivos o recibido terapia hormonal sustitutiva o que tus estrógenos están altos. Puede existir alguna patología o trastorno que hace necesario que evalúes con el fin de conocer mejor tu metabolismo; acude al médico para que te hagan un seguimiento.
Pero hay otras razones que trascienden lo motivacional y en las que deberíamos reparar si queremos que el esfuerzo que llevamos a cabo no sea en vano.
Razones por las que no adelgazo
No a los resultados a corto plazo
Ya sabemos que los resultados a corto plazo motivan mucho pero ¿te fías de verdad de las dietas milagro o los entrenamientos delirantes?
Todos hemos sido testigo de programas de TV donde prometen cambios espectaculares en pocos días o meses y muchas personas buscan esos mismos resultados. Quítatelo de la cabeza; primero porque no has vuelto a ver a esas personas transformadas al cabo de unos meses y después porque realmente los programas acelerados y, en ocasiones «low cost», no llevan a ningún lado, no son efectivos e incluso en ocasiones son peligrosos.
Objetivos poco realistas
Por esto, es frecuente encontramos con personas que pretenden adelgazar 10 kg en menos de un mes y, evidentemente, al no conseguirlo se decepciona, frustran y abandonan. Si te identificas con este comportamiento, no te martirices porque el problema no es otro que te has marcado un objetivo poco o nada realista.
Además ten en cuenta que para medir tus avances, la medida más certera es el porcentaje de grasa en tu cuerpo más que tu peso corporal. Es decir, puedes que lo estés haciendo bien, que estés mejorando mucho tu cuerpo y que la báscula no se mueva. Así que ojo y ponte en manos de un profesional de la actividad física para que te oriente en este sentido.
Solemos pensar que la simple práctica del deporte nos conducirá tarde o temprano a la pérdida de peso, pero no siempre es así y depende del tipo de actividad que desarrolles. Debemos recordar, en primer lugar, la diferencia entre ejercicio aeróbico (utilizan oxígeno: maratón, la bicicleta, la natación, running, se trata de una actividad que beneficia el sistema cardiovascular) y anaeróbico (alta intensidad y poca duración, y la energía se obtiene de las reservas sin utilizar el oxígeno: pesas, sprints y otros ejercicios que requieran un gran esfuerzo en poco tiempo) que hacen referencia a la manera que tiene el organismo de obtener la energía.
Desde nuestro punto de vista, existen deportes más proclives que otros para hacer bajar la báscula y que te contaremos más adelante aunque no está demás compaginar bien varios tipos de práctica.
Los extremos no son buenos
Según nuestra experiencia, es habitual, en muchos ámbitos de la vida ir de un extremo a otro. En la alimentación, o te pones a dieta, o te despreocupas absolutamente y te permites todos los caprichos que se te antojan. Y la realidad es que no hay que llegar a estos extremos. Hay muchas opciones intermedias y el objetivo ideal es buscar unos hábitos de alimentación donde la mayor parte del tiempo consumas alimentos naturales, y unas cantidades ajustadas a tus necesidades. Y si de vez en cuando tienes una quedada con amigos, un cumpleaños o es Navidad, puedes disfrutarlo sin culpas ni remordimientos.
Para nosotros el deporte más completo y que te hará perder peso de una forma controlada y segura es el running. Por algo será que se trate de una actividad cada vez más practicada. El hecho de que cada día más gente se calce sus zapatillas y se lance a la calle a correr se debe sin duda a la cantidad de aspectos positivos que nos aporta:
BeneFicios del running
Reduce el riesgo de contraer enfermedades
La práctica del running produce una serie de factores que hacen que disminuya la probabilidad de contraer distintas enfermedades: Gracias a la mayor quema de grasas se produce una disminución del colesterol malo y un aumento del colesterol bueno. La bajada de los niveles de grasas reduce el riesgo de contraer diabetes tipo ii. Además de las indicadas anteriormente, ayuda activamente a prevenir y mejorar otras enfermedades asociadas al sedentarismo como obesidad, osteoporosis.
Regenera la masa muscular
Correr fortalece la musculatura de todo el cuerpo. Se verán tonificados los músculos tanto de las piernas, como el abdomen y la espalda, y en menor medida los brazos. Esta actividad evita que la musculatura se atrofie y nos mantiene físicamente activos, reduciendo los efectos degenerativos y de debilidad propios del paso del tiempo.
Permite perder y controlar el peso
El trabajo aeróbico que se realiza durante la carrera aumenta el gasto calórico, lo cual permite bajar peso o controlarlo con mayor facilidad que solamente haciendo dieta, además de mantener los músculos activos y tonificados, como acabamos de explicar, algo que no se consigue solamente haciendo dieta.
Este mayor gasto calórico se traduce en una mayor quema de grasas, lo que hará que disminuya la grasa de todo el cuerpo, y por tanto la grasa que se acumula en la zona de las caderas que provoca la temida celulitis.
Mejora el sistema cardiorrespiratorio
Entrenar de forma regular produce mejoras en todo el sistema cardiovascular, circulatorio y respiratorio: El corazón aumenta su fuerza de contracción y su tamaño, lo que nos proporciona un mayor aporte de oxígeno cada vez que este bombea.
El sistema circulatorio aumenta la cantidad de capilares para aportar el oxígeno de forma más rápida y eficaz a los músculos. A su vez reduce la tensión arterial, provocando una mayor elasticidad en las arterias, lo que disminuye el riesgo de sufrir hipertensión. Los pulmones aumentan su capacidad, así como la perfusión de los alveolos.
Y además se fortalecen los músculos implicados en la respiración (diafragma, músculos intercostales…)
Fortalece los huesos
El ejercicio de impacto, como es la carrera, provoca que los huesos se fortalezcan y aumenten su densidad. Es la mejor medicina contra la osteoporosis. Además, lejos de lo que mucha gente piensa, correr de forma controlada y adaptada a las posibilidades de cada persona, mejora la lubricación en las articulaciones y ayuda a proteger el cartílago.
Favorece el descanso
El aumento del ejercicio físico produce una mayor fatiga. Esto hace que el cuerpo necesite un mayor descanso, favoreciendo la conciliación del sueño produciéndose una mejora en la calidad del descanso.
Ayuda a combatir el estrés y la ansiedad
Correr permite evadirte de la vida diaria y liberar las tensiones acumuladas. Cuando realizas ejercicio físico, el organismo segrega endorfinas, también conocidas como las hormonas de la felicidad, derivando en una sensación de bienestar.
Estas hormonas nos hacen afrontar los problemas desde otro punto de vista más positivo, siendo una buena terapia contra el estrés y la ansiedad.
Aumenta la autoestima
Por la misma razón que en el anterior punto, estas endorfinas nos hacen sentirnos mejor con nosotros mismos y nos generan una mayor confianza. A su vez también hay una mejora física, tanto a nivel de salud como a nivel estético, provocada por la carrera ayuda a afianzar la autoestima.
Es un arma de socialización
El running a pesar de ser un deporte individual permite compartir entrenamientos y experiencias con mucha más gente que disfruta de este modo de vida. Correr en grupo se con- vierte en una experiencia social apasionante lo cual favorecerá tus relaciones sociales.
Correr en grupo estrecha lazos de amistad, genera una sensación de pertenencia y mejora nuestro compromiso con los demás.
Mejora la concentración y ayuda a afrontar los problemas
Salir a correr dejando a un lado por un momento nuestra vida cotidiana permite evadirte del resto del mundo y centrarte en ti mismo, algo muy útil para reflexionar y ver los problemas o las inquietudes desde otro punto de vista más positivo que durante el resto del día.
Si necesitas más información acerca de esta modalidad deportiva y sus beneficios a la hora de perder peso no dejes de contactarnos visitando nuestra web o consultando nuestro manual de ayuda para runners: «Cómo me convertí en runner si odiaba correr”. Claves para iniciarse en el running desde cero”