Esta semana nos hemos propuesto quitarte la pereza de los días fríos y sacarte de casa. El frío, la lluvia y el viento, esos pensamientos o excusas que nos acechan en la cabeza cada vez que tenemos la intención de dejar la manta para activar nuestro cuerpo.
Pues bien, no nos queda otra que recomendarte que no hagas caso de la pereza que intenta tirar de ti y haz caso de los pensamientos que te piden salir a entrenar, por mucho frío que haga.
Y es que la ciencia está de tu lado. Las distintas investigaciones nos dicen que correr con frío no solo no es malo para ti, sino que además es beneficioso. Correr o practicar cualquier deporte al aire libre cuando hace frío tiene muchos más beneficios de los que pensabas: se mejora la capacidad física más que en situaciones de temperatura elevada y, además, se queman más calorías.
Compartimos tanto los beneficios como las precauciones que hay que tomar para entrenar con los termómetros tiritando.
El frío, el amigo del running
La temperatura óptima para el rendimiento en la carrera es más baja de lo que piensas. En la web de entrenamientos americana Runners Connect, han recopilado la información más relevante sobre la influencia de la temperatura en el rendimiento de los atletas y extrajeron este llamativo dato: analizaron los resultados conseguidos en 6 maratones diferentes y establecieron cuál es la temperatura ideal para correr. Según estos datos que se obtuvieron, la temperatura ideal resultó ser de 6,2ºC para los corredores masculinos y de 9,9ºC para las corredoras (la diferencia entre sexos es debido a las diferencias de masa muscular entre ambos). Si sales a correr con temperaturas bajas, te ayudará en la refrigeración de tu cuerpo y mejorará notablemente tu rendimiento en una carrera.
Correr con frío adelgaza más
¿Sabes aquello que siempre hemos pensado que se queman más calorías cuanto hace más calor y que así se adelgaza más? Pues bien, esto no sólo no es cierto sino todo lo contrario, ya que sudar más no equivale a quemar más grasas. Es decir, cuando baja el termómetro, nuestro cuerpo consume más calorías, precisamente para compensar esa bajada térmica. Según los expertos, hay muchos indicios de que el ejercicio y el frío activan mecanismos en nuestro organismo para crear una capa de refrigeración a partir de la grasa, lo cual aumenta el gasto calórico.
Según la especialista en nutrición de la Unidad de Obesidad de los Hospitales Quirónsalud, Carolina Pérez, “cuando el termómetro marca de 25ºC a 30ºC de temperatura ambiental, nuestro cuerpo no necesita consumir energía. Pero cuando desciende , el organismo tiende a producir tejido “adiposo pardo”, grasa buena que quema energía y glucosa y produce el calor necesario para mantener el calor corporal”.
Hay que tener en cuenta, que la mitad de las calorías que tomamos tienen el objetivo de mantener la temperatura corporal: de esta forma, si hace frío en el ambiente, necesitamos consumir más calorías. Por lo tanto, cuando baja el termómetro, el cuerpo pone en marcha toda una serie de procesos para contrarrestarlo, lo cual puede suponer el gasto de hasta un 30% del presupuesto energético total del cuerpo. Y, cuanta más grasa dediquemos a ello, menos probable es que padezcamos diabetes, sobrepeso u obesidad.
Así, las bajas temperaturas “activan” el consumo de grasas que ayudan a adelgazar.
¿Cómo te quedas? Pues hay más beneficios y razones para que te calces las zapatillas y salgas a entrenar bajo cero.
Sin apenas peligro de deshidratación
Lógicamente, en invierno y con temperaturas frías el cuerpo necesita menos recursos para mantenerse hidratado. Así, se reduce mucho los riesgos de tener una deshidratación si por ejemplo estamos haciendo running. No obstante, recuerda estar siempre bien hidratado en invierno. El esfuerzo extra genera una importante pérdida de agua que se debe compensar para evitar la aparición de la fatiga y la reducción del rendimiento.
Se refuerza el sistema inmunológico
Un artículo publicado en Journal of Applied Physiology extrajo que la exposición al frío bajo los efectos del ejercicio aumenta el número de leucocitos y granulocitos, responsables del funcionamiento del sistema inmunológico. Es un hecho que el entrenamiento al aire libre mejora nuestro sistema inmune y aún más, algunas investigaciones realizadas como la de la Mayo Foundation for Medical Education and Research, apuntan a que entrenar bajo un ambiente frío se puede llegar a reducir la posibilidad de padecer gripe y constipados hasta en un 30%.
Precauciones para hacer deporte con frío
A pesar de todos los beneficios que te hemos contado a la hora de hacer ejercicio con las temperaturas bajas, también tenemos que tener en cuenta ciertas precauciones:
- El calentamiento debe ser más exhaustivo en estas fechas. Con el frío los músculos y los tendones se contraen bruscamente y tenemos mayor riesgo de lesión si no los hemos trabajado previamente. Puedes realizar una de las siguientes secuencias de calentamiento antes de salir al exterior (rutina corta de movilidad o rutina larga de movilidad)
- Si puedes, practica deporte al mediodía, es decir, cuando la temperatura sea más suave. También ten en cuenta factores como el viento de forma que si sales a correr empieza de cara al viento, así la sensación térmica al volver con el cansancio y el sudor será más suave.
- Para correr en el medio natural cuando las condiciones meteorológicas son adversas entra en juego la llamada «teoría de las tres capas». El objetivo principal de esta teoría es mantener el cuerpo seco, evitando tanto la condensación del sudor como la humedad procedente de lluvia o nieve, mientras aseguramos el mantenimiento de la temperatura corporal y el aislamiento del frío y el viento. La primera capa es para darle una sensación cómoda y fina, pero lo más importante es que sea transpirable . La segunda capa es para mantenerte el cuerpo caliente, aunque sigue teniendo que mantener buena transportabilidad. Y la tercera capa es para protegerte de las duras circunstancias externas como el viento, la nieve y la lluvia. Tampoco te excedas abrigándote, calcula la ropa que llevarías si hicieran 10° más.
- Aunque haga frío, estamos realizando el mismo ejercicio que en verano y es necesario hidratar el cuerpo antes, durante y después. Ya hemos comentado que puede parecer que no nos esforzamos bastante porque la sudoración es distinta pero no te dejes engañar.
- Eso si, en cuando llegues a casa relájate con una buena ducha caliente y reconstituyente.
En definitiva, correr con frío no debe asustar a nadie, incluso es una bonita forma de ver y disfrutar de paisajes distintos si, sobre todo, los alrededores están cubiertos de nieve.